1Samuel 7:12 Tomó luego Samuel una piedra, y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Ebenezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová. (RV2004)
Como lo explica Spurgeon en su devocional matutino la frase Ebenezer implica dos dimensiones en el tiempo: pasado y futuro. Es una palabra que inspira porque es el escalafón bajo mis pies que me impulsa hacia mas allá de mi presente o ahora.
Aunque el túnel o el valle puesto delante de mi no tenga una perspectiva clara, lo cual generalmente es causa de temor, inseguridad o confusión, sin embargo si miro hacia atrás y la memoria no me falla, puedo ver en cada marca de mi pasado, la mano de Dios haciendo de cada etapa, cada valle, cada arribada, cada caída cuesta abajo, cada precipicio, cada emboscada, un testimonio indiscutible de su poder, su amor, su fidelidad, su sabiduría y por sobre todas las cosas su soberanía.
Cada día que pasa, Dios continua permitiéndome ver lo insignificante de mi existencia comparada con la grandeza de su Ser. Las nubes deshechas por el sol, las fuentes de agua evaporadas por su ardiente calor, las florecillas marchitadas en pocas horas son ejemplos de la fragilidad de mi existencia comparada con la majestuosa creación del universo del cual tengo una diminuta idea; es mas hasta hay quienes creen que no somos el único universo existente, lo cual ya hace todo incomprensible para mi pobre mente tan chiquita y limitada. Con todo eso, yo soy objeto del amor de Dios, de su cuidado paternal continuo, de su consuelo sanador, de su provisión oportuna, y eso tiene una sola explicación: Gracia.
Soy primero su criatura que por naturaleza estoy apartada de su Persona. Por naturaleza soy su enemiga, la que lo ofende, lo desprecia, lo desobedece. Por naturaleza su ira está sobre mí, mi condena ya fue decretada, mi destino es el infierno. Por naturaleza estoy muerta, incapaz de producir algo bueno, perdurable o digno. Por naturaleza estoy cubierta de podridas llagas de la cabeza a los pies, mis obras son como trapo de inmundicias y los designios de mi corazón son de continuo el mal.
Aun así Él me ama, sabiendo de mi condición Él diseño desde la eternidad un Camino de salvación y ese Camino es su Hijo Unigénito a quien envió para pagar mi deuda en la cruz, para darme vida en su nombre, para hacerme su hija, para revelarse a mi de modo personal e intimo. Todo esto por el puro afecto de Su voluntad. Yo no lo puedo entender, porque yo no puedo amar de esta manera. Mas bien mirando a los discípulos de Jesús, mi actitud es semejante a la de los hijos de Bonaerjes; cuando percibo la resistencia o el desdén hacia Dios, me enojo, me irrito con la persona y brotan en mi diez mil maneras fantasiosas de castigo a tales rebeldes, como si yo nunca hubiera resistido a Dios.
Gracias Señor por amarme de esta manera incomprensible, por no desear mi exterminio, pero salvarme. No lo puedo comprender pero si lo puedo creer y en esa fe hoy vivo en esperanza. Hubo una encrucijada en mi vida donde me encontré con Él sin ninguna opción de ocultar mi lamentable naturaleza; pero en lugar de encontrar juicio, condenas, culpas encontré lo que nunca había imaginado que existía, que había estado encubierto de mi durante toda mi vida, encontré a Jesús, el Camino, la Verdad, y la Vida.
Allí Él me salvó, me dio vida, me dio un nombre, me dio un propósito y también un destino. Allí comencé a caminar con Él, mejor dicho en Él, y en cada paso, en cada jornada, Él fue supremo y me ayudo a menguar para que Él creciera en mi. Con que placer y libertad me entrego a sus manos, a veces de plumas y otras de fuego, ya sea para remontar a sus alturas inescrutables, o para consumir en el altar las escorias de mi naturaleza carnal que tanta resistencia ofrecen a su obra de santificación. Como dice el profeta Jeremías, por su bondad no he sido consumida. Por el contrario, su fidelidad ha sido inefable y si ha sido, porque no seguirá siendo, si Él no es hombre para que cambie o mude de parecer. Ebenercer. Mi esperanza.
Hoy te desafio a mirar para atrás y re descubrir aquellos momentos gloriosos donde la intervención de Dios te dejó perpleja por su ingenio, su precisión, su maestría y por sobre todas las cosas su amor. Si te amó antes sin ningún requisito, ¿que le impediría amarte ahora? Si cabalgó sobre las nubes para socorrerte antes ¿ Que lo detendría ahora? Como veras, hoy podrías sumar tu roca y ponerle por nombre Ebenezer.
ALMA PATAGONICA
Este blog es el testimonio de mi caminar con Cristo. Todo comenzó en La Patagonia
viernes, 2 de enero de 2015
miércoles, 1 de enero de 2014
Y ceso el mana. Un nuevo capítulo
El pasaje de esta mañana es fascinante. Josué 5:12. …. Y el mana cesó el día siguiente, desde que comenzaron á comer del fruto de la tierra:
y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos
de la tierra de Canaán aquel año.
Toda una generación había crecido alimentándose de mana únicamente, no conocían otra forma de
sustento. Día tras día saboreaban la misma nutritiva provisión, sabían a que hora recogerlo,
cuanto recoger. A la hora de la necesidad la provisión estaba allí. Todo lo que tenían que hacer
era salir y recoger.
Sin embargo llegó el día en que un nuevo sabor
penetró su paladar, una nueva textura alertó sus sentidos, esta vez fueron y recogieron, elaboraron, y gustaron
el fruto de la tierra. Ya no era más la provisión del cielo, ahora era la
tierra la que proveía. No!, que error pensar tal cosa. Dios había cambiado la forma de
sustento. Como atribuir a la tierra el poder de proveernos, cuando sabemos que
es Jesucristo quien sustenta la tierra con la Palabra de su poder. La tierra obediente,
sujeta a las leyes a la que Dios Creador
la ha subordinado, producía el fruto que ahora esta generación victoriosa que entraba
a poseer la Tierra Prometida, podría cultivar, iría a gusta y debería administrar.
El Señor abruptamente rompe con el hábito
adquirido en el desierto por toda una generación. Tal cambio no debió haber
sido fácil, considerando que para algunos pudo haber sido una aventura puesto
que los consumía el hastío de la rutina;
para otros un desafío ya que deberían aprender, educarse, lidiar con el
fracaso hasta que las nuevas habilidades
fueran desarrolladas y pulidas. Para otros una razón más de perplejidad puesto
que no estaban emocionalmente preparados para los cambios; la seguridad de la rutina, la confianza de lo
predecible ya se había esfumado. Para otros una razón para estar nostálgicos de
una era que acababa de morir delante de sus ojos, ya nada era como antes.
Deambular por el desierto no fue fácil, pero no podían controlar la mediocre
mentalidad de que “más vale viejo conocido que nuevo por conocer”.
¿Cómo veo hoy mi pasado en el desierto?
¿Cómo me siento hoy acerca de aquella rutina tan familiar, tan cotidiana que me
cercaba que ahora ya no existe? ¿Cómo me siento con respecto a mi Dios soberano
que en su voluntad cesó el mana y me alimenta ahora con el fruto de la tierra? Todo
me es desconocido, tengo todo por aprender, por todo tengo que esforzarme, se que
enfrentaré fracasos y deberé comenzar otra vez de cero. ¿Me impulsa la fe de
saber que hay un capítulo fascinante de mi vida que Dios va a escribir durante
este año 2014? A medida que transite los dias de este año nuevo Dios ira escribiendo un libro acerca de mi, y
otro acerca cada una de sus hijas. Como se desarrollarán los eventos en esta Tierra Prometida del nuevo año es un
misterio que se revelará de apoco. Pero una cosa todas nosotras sabemos y es el
magnífico final. Por lo tanto mi resolución
este año es ser el lápiz con que el Autor y Consumador de la fe, escribirá mi
historia. Mi sudor o mis lágrimas al recoger los frutos de la tierra, serán la tinta. El primer capítulo fue la
Cruz, el final es el Cielo; que hay entre los dos solo Él lo sabe. Pero tengo certeza absuluta de una cosa: todo será
bueno para mí porque Él me ama.
De modo que para ti y para mi Feliz Año Nuevo.
sábado, 21 de septiembre de 2013
Cantar
de los Cantares 1:7 Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus rebaños?,
¿dónde a la hora de la siesta los haces reposar? ¿Por qué he de andar
vagando entre los rebaños de tus amigos?
Esta mujer
tiene un gran amor, solo que ese amor está ausente y la ausencia causa en ella
una sed de su presencia tal que la hace sentir enferma de soledad y angustia.
En su búsqueda, se encuentra con los amigos, los cuales aprecian su belleza y
la invitan a pasar su tiempo con ellos. Pero ella no se distrae, ella sabe que
su insaciable alma solo puede ser calmada con la presencia del Amado. Hay
buenos pastores o maestros en nuestras iglesias, hay buenos escritores en
nuestro medio evangélico y de una manera u otra ellos se llevan nuestra
atención, su compañía no es mala pues ellos también son amigos del Amado,
sin embargo así como la Sulamita no se satisface con lo que esta camaradería
de santos le podría proveer, ella busca intensamente a su Amado. Así mismo deberíamos
hacer nosotras.
Su
tiempo de separación había dejado una marca evidente en ella. Su piel se había
tornado morena, quemada por los rayos fragosos del sol del mediodía palestino.
¿Qué hacia fuera del palacio esta joven escogida? ¿Que razón había para que
ella hubiera perdido el lozano aspecto garantizado por la protección que le proveía
el refugio del palacio?
La razón
está dentro de su propio entorno familiar. La escogida despierta el enojo entro
los suyos propios y se ve obligada y sometida a cuidar de viñas ajenas con un
costo muy alto. Tuvo que abandonar su propia viña. Cuantas veces tantas de
nosotras, que estamos abocadas a una intensa relación personal con Cristo,
vemos como el enemigo usa nuestro propio entorno familiar para distraernos de
nuestra labor diaria más importante que es nuestra comunión con el Rey y Pastor
de nuestras almas el Señor Jesús.
Cuéntame
amor de mi vida ¿donde estas? Tus amigos me distraen, mis hermanos me
atan, ¿Donde apacientas tus rebaños? Porque es allí donde quiero estar. Tú llevas
a tus ovejas a delicados pastos y manantiales que fluyen frescos; los haces
descansar a la sombra de la peña que eres Tu mismo, cuando el fragor del
sol es mas intenso. Tú eres mi sombra y mi refugio.
¿Porque
he de andar vagando entre los rebaños de tus amigos? Sin rumbo fijo, sin
respuesta a mis preguntas, sin agua para mi sed mas intensa, sin sanidad para
mi enfermedad sin nombre, con mi lamento a cuesta, como abandonada y en
permanente duelo. ¿Porqué?
Finalmente
los verdaderos amigos muestran el camino "Ve tras la huella
del rebaño" Las ovejas no están en el confort y lujo del palacio rodeadas
de servicios y de mimos para cultivar el egocentrismo. Las ovejas están
en el campo, donde hay que transitar entre senderos peligrosos, lobos rapaces,
serpientes ponzoñosas, y desiertos áridos. Pero el Pastor con su cayado es el
precursor, y el habla y canta y llama, El consuela, estimula. Cada palabra que
sale de Su boca es un puñado de sustento para el camino, donde nuestra única
preocupación es alimentarnos y beber, porque El tiene cuidado de nosotras. Sus
ovejas oyen Su voz y le siguen. Cuando lo encontramos, allí encontramos nuestra
salud, allí se llenará nuestra boca de risa, allí nuestras fuerzas serán
renovadas y remontaremos vuelo como las águilas, allí nuestro lamento se
tornara en canción y nuestro luto en danza. Allí, aun con las marcas visibles
que el mundo ha dejado en nuestra piel ahora morena, somos halladas
hermosas porque el Amado puede ver mas allá de la piel, El puede
contemplar nuestra verdadera belleza la que perdura, la que trasciende, la que
es eterna. Ya no seremos mas vagabundas sino bienvenidas a la dulce e intima comunión
con Aquel que ama nuestra alma. Y El, nuestro Rey entonces nos introduce
a su alcoba donde nos hablará al corazón y nos dirá palabras que hombre alguno jamás
pueda reproducir. Allí nos hablará El de nuestra hermosura.
Cantar de los Cantares 1:15 ¡Cuán bella
eres, amada mía! ¡Cuán bella eres!
Manada
pequeña, no temas, oye hoy su voz y síguelo.
sábado, 11 de mayo de 2013
Prefiero recordar las obras del Señor
Cuando el alma agoniza en la
perplejidad de la prueba, y la perplejidad merodea lo suficiente en mi alma,
ésta se alimenta con el lodo del desaliento y así se torna en cinismo y desconfianza. Su
purulenta marea ahoga nuestra fe, sofoca nuestra habilidad de ver a Dios
interviniendo en nuestras vidas y su fiel y omnipotente presencia operando
siempre en nuestro favor. La agonía de
las circunstancias reales se agolpa y la agonía de la desesperanza que es aún
mayor.
Lo que al principio no es nada más
que un desacertado pensamiento y sin duda una falsa percepción de la realidad,
si le damos el suficiente tiempo para merodear alrededor de nuestras cabezas
pronto germinará, y allí extenderá sus raíces y se tornará en una actitud que el mundo
moderno sin distinción de edad, género, estatus social o económico conoce muy
bien: Depresión. De acuerdo a un estudio publicado por el CDC en USA uno de
cada diez adultos padece de esta enfermedad, cuyas características son entre
otros, mal humor o tristeza, falta de interes en actividades, cambios en el
apetito, el sueño o en los niveles de energia. Tienen problemas para
concentrarse, para razonar y para tomar desiciones. Y los síntomas emocionales presentes son,
sentimientos de culpa, baja autoestima o verguenza y las personas con estos
síntomas tambien experimentan profundo desaliento hacia el futuro o que la vida
no vale la pena vivirla. Lo que comienza
como un pensamiento, luego que torna en una actitud de vida que arraigada y
reciclada genera emociones que aunque esporádicas y desagradables al principio,
poco a poco se tornan en un estado emocional permanente imposible de controlar
y revertir. Mi teoría es que progresivamente se establece un nuevo equilibrio
neuroquímico y así todo nuestro ser espiritu, alma y cuerpo estan controlados
bajo los opresivos tentáculos de la depresión.
Solo Dios tiene la cura para esta
siniestra enfermedad. Porque la sanidad
debe comenzar por el mismo lugar donde comenzó. En nuestro espíritu; alli donde
aceptamos las mentiras del diablo y el resto de la patología se instala
progresivamente. Quiero aclarar sin embargo que cuando la depresión se ha
somatizado, el organismo debe ser tratado integralmente. Y si bien al final de
cuentas la cuestión es entre el individuo enfermo y Dios, a este punto la
persona necesita de la asistencia capacitada y profesional; la persona con depresión no puede, no debe
estar sola. El amor y la consideración de la comunidad creyente, la consejería pastoral,
y el tratamiento médico deben ir de la mano de modo armonioso para rescatar a
alguien que ya no puede salir del pozo por sí mismo.
La pregunta es ¿como apropiarnos de la
medicina?
La respuesta esta en el Salmos 77:11
Me acordaré de las obras de JAH: Sí, haré yo memoria de tus maravillas
antiguas.
La enfermedad de la que hablamos no es una mera enfermedad física, a
pesar de que como ya dije, se puede llegar a somatizar severamente lo que requerirá
eventualmente la asistencia profesional responsable. Esta es la enfermedad del espíritu humano que
clama a Dios en debilidad, que se queja, que desmaya, que padece insomnio, no
cesa de llorar, se quebranta, enmudece, se cuestiona Salmo 77:1-9 Porque
se sienta en el centro de sus circunstancias y éstas dominan su panorama. En
este círculo visioso la mente tiene una dinamica tortuosa de debatirse entre la
verdad Dios y las múltiples mentiras del diablo. Dios es Verdad, el diablo
necesita muchas mentiras porque en cada paso que damos la Verdad de Dios
destruye cada mentira que el enemigo pone en nuestro camino, en su astucia
creativa más no creadora, continua poniendo nuevas mentiras.
El último paso siempre es el del sentirse desechado y abandonado. Cuan
espantosa es la ideas de ser abandonado por Dios. Y pensar que el único
realmente desamparado una vez fue el Señor Jesucristo en la cruz. Aun alli Dios
el Padre me puso a mí en primer lugar,
la Biblia dice que Dios lo desamparó a Jesús para ampararme a mí. ¿Y después
de eso Dios me va a desechar? ¿Dios no volverá a amarme? ¿Sus misericordias
para mi cesarán perpetuamente? ¿No habrá más promesas que yo pueda clamar? ¿Se
habrá rodeado de ira por mí? No es que no tenga razones para estar enojado
conmigo!!! . Todo este razonamiento es pura enfermedad.
Salmos 77:11 Me
acordaré de las obras de JAH: Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas ¿No hizo nunca
nada antes por mí? Por supuesto que sí, cada uno tiene su glorioso testimonio.
Haré memoria de las maravillas antiguas llevaré mi mente, mi corazón a la Cruz
una vez mas y allí me quedaré. Forzaré mis ojos mas alla de mis miserebles condiciones
actuales y contemplaré sus obras en la Creación magnifica que habla de su
deslumbrante poder y entonces hablaré, desataré mi lengua para hablar no de mí
que soy un tema tan aburrido como sombrío, mas hablaré de Él. Y así continuaré preguntando,
pero ahora las preguntas tienen respuesta y las respuestas son gloriosas
Salmos 77:13
Oh Dios, en santidad es tu camino: ¿Qué Dios grande como el Dios
nuestro?
Y entonces mi enfermedad desaparece, mi alma es libre, en todo soy más
que vencedora, y el Nombre de Cristo es glorificado en mi vida.
lunes, 6 de mayo de 2013
Volvera Atras
Galatas 4:9 Pero ahora que conocen a Dios —o más bien que Dios los
conoce a ustedes—, ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y
sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?
Lucas 9:62 Jesús le respondió: —Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.
No puedo recordar ahora alguna instancia específica en la que me tuve que volver atrás y abandonar una meta. No porque no me hayan sucedido jamás, sino porque probablemente fueron tantas las veces, que rescatar una en particular me va llevar tiempo.
Pero una cosa sé y con certeza, ¡Qué amargo es el sabor que queda flotando en nuestra mente y nuestro corazón y por cuan largo tiempo! Este sabor amargo por demás, corroe; corrompe las motivaciones, los deseos, la fe, las fuerzas. Nubla la visión y distorsiona la realidad. Paraliza la capacidad de volver a empezar, infecta el alma de culpabilidad y trasciende su efecto enfermizo aun a las relaciones familiares.
Volver para atrás es fracaso y eso trae vergüenza y humillación. Deja también un pésimo precedente acerca de quien realmente somos.
El Señor Jesús nos alerta del peligro de volver atrás.
La senda que el hijo o la hija de Dios tiene para recorrer es una línea que tiene subidas y bajadas, pero siempre apunta hacia adelante. Puede tener puntos muertos, pero nunca ha sido diseñada para volver atrás. Volver al punto de partida nunca es la meta. Si bien en su amorosa gracia, el Buen Pastor ira a buscar a su oveja extraviada del camino y malherida para rescatarla de sus trampas; allí desde la emboscada, debemos clamar "Socorro Señor que perezco".
Lucas 9:62 Jesús le respondió: —Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.
No puedo recordar ahora alguna instancia específica en la que me tuve que volver atrás y abandonar una meta. No porque no me hayan sucedido jamás, sino porque probablemente fueron tantas las veces, que rescatar una en particular me va llevar tiempo.
Pero una cosa sé y con certeza, ¡Qué amargo es el sabor que queda flotando en nuestra mente y nuestro corazón y por cuan largo tiempo! Este sabor amargo por demás, corroe; corrompe las motivaciones, los deseos, la fe, las fuerzas. Nubla la visión y distorsiona la realidad. Paraliza la capacidad de volver a empezar, infecta el alma de culpabilidad y trasciende su efecto enfermizo aun a las relaciones familiares.
Volver para atrás es fracaso y eso trae vergüenza y humillación. Deja también un pésimo precedente acerca de quien realmente somos.
El Señor Jesús nos alerta del peligro de volver atrás.
La senda que el hijo o la hija de Dios tiene para recorrer es una línea que tiene subidas y bajadas, pero siempre apunta hacia adelante. Puede tener puntos muertos, pero nunca ha sido diseñada para volver atrás. Volver al punto de partida nunca es la meta. Si bien en su amorosa gracia, el Buen Pastor ira a buscar a su oveja extraviada del camino y malherida para rescatarla de sus trampas; allí desde la emboscada, debemos clamar "Socorro Señor que perezco".
El camino al Cielo va a ser tan agitado como las olas que azotaron la barca de los discípulos hasta casi el naufragio. Mar 4:35 Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos: —Crucemos al otro lado. Mar 4:37 Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse.
Los embates serán tan furiosos que podrán a cierto punto hacernos olvidar de que Jesús mismo dijo, ordenó, decretó "Crucemos al otro lado". La magnitud del desafío será tal que me hará pensar que este es el final; que ya no puedo más; que aun la muerte es preferible ahora, porque continuar carece de sentido y el dolor supera la esperanza.
Los discípulos en medio de la desazón hicieron lo correcto. Clamaron a Jesús, quien según los relatos bíblicos estaba durmiendo en medio de la tormenta.
Yo tuve que pedir perdón muchas veces por haber levantado mi puño iracundo al cielo reclamando al Señor porque Él me ignoraba en medio de sufrimiento, porque el "dormía" mientras yo batallaba. Esta fue la mentira que Satanás me susurró en mi fatiga, y yo la abracé.
Jesús sin embargo me había invitado a estar con Él, y refugiarme en sus brazos y descansar en medio de la tormenta, porque Él había decretado que el barco cruzaría al otro lado; no si las condiciones lo permitían, el controlaba las condiciones. No si los discípulos tenían suficiente fuerzas, Él les daría las fuerzas. ¿Ir a descansar en medio de la tormenta? ¿A quién se le ocurre?
A Jesús se le ocurre.
Es difícil imaginar lo que esto significa. Los tímidos sucumben ante la depresión y el miedo. Los autosuficientes sucumben ante la atroz realidad del fracaso y el orgullo pisoteado.
Jesús dijo que la correcta respuesta era la fe. No ciega ni absurda. Hebreos 11:1 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
¿Que es lo que yo espero? Llegar al otro lado.
¿Que certeza tengo? Jesús me lo garantizó.
¿Donde está el destino que Jesús prometió que no lo veo ahora? En el mismo lugar que cuando Él me lo prometió y yo confié en Él. Sus promesas son inamovibles 2Corintios 1:20 Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.
¿Donde está el sol cuando arrecia la tormenta? Allí en el centro de nuestro Sistema Solar. La tormenta a su tiempo será removida y yo lo volveré a ver.
¿Donde se fue la luna en las noches de luna nueva? En el lugar adecuado de su órbita. Y la volveré a ver a su tiempo.
Personalmente tengo que admitir que si hubiera sido yo una de las que estaba en el barco, hubiera increpado a los discípulos "¿No les dije yo que no era buena idea largarse a navergar con las nubes que había en el horizonte?" O tal vez ¿Cuando van a aprender estos hombres en averiguar si es el tiempo adecuado y las circunstancias favorables para emprender algo? Sin duda les hubiera sugerido " La tormenta esta delante de nosotros, volvamos a la playa de donde salimos y busquemos refugio cuando la tormenta pase emprendemos el viaje de nuevo".
Todo lo que podría haber dicho es válido y hasta aparentemente prudente viniendo de una mujer de Dios. Solo que hay un problema, eso lo diria yo. Jesús dijo otra cosa. Jeremias 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
¿Bienestar y esperaza en medio de una tormenta borrascosa? Exactamente.
Aquí no hay tiempo para discutir lo que sucedió después. Mas echemos un vistazo a Marcos 5. Y si hoy eres una madre que está lidiando y sufriendo con hijos perdidos; aquí está tu barco en el medio de la tormenta. Jesús está a punto de desembarcar del otro lado donde tu hijo o tus hijos están prisioneros de los demonios para traerles liberación, sanidad, salvación. GLORIA A DIOS.
No vuelvas atrás!!!!! Pon tu rostro como pedernal a la tormenta, busca a Jesús y descansa en Él y con Él. Del otro lado está la orilla de la conquista, de la victoria, de la salvación eterna.
El Reino de Dios está siempre del otro lado de la tormenta.
No vuelvas a los rudimentos de tu esfuerzo propio, del humanismo, de tu religión, te hundirás con ellos. Dios te conoce y esta con vos en la barca. Vístete como una hija del Rey que es Todopoderoso y enfrenta la tormenta. Aun mejor, busca a Jesús y ponte a descansar con Él hasta que llegues al otro lado y allí maravíllate de la sorpresa que Él te tenía preparada. Si volvieras atrás todo lo perderías, aun la oportunidad de glorificarlo a Él, lo cual es nuestro más grande ministerio aquí en la tierra.
Por favor no vuelvas atrás.
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