Ro 3:19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre, y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios.
Durante la madrugada del 10 de febrero de de 1979, mientras viajaba de regreso de mi casa a La Plata, mi ciudad universitaria luchaba por quedarme dormida pero era imposible. Mi mente estaba viajando a una velocidad incontrolable en dirección a mi pasado.
Era como en una cuesta abajo que no podía controlar. Pero fue en ese viaje donde vi cuadros de mi vida pasada que me fueron revelando latamente la imperiosa necesidad de un Salvador. Aun diminutos recuerdos de mi infancia que yo creía sepultados, punzaron me mente y mi corazón con vergüenza y humillación. Finalmente pude discernir la culpa en su forma más cruda y aplastante, y entre fervientes lágrimas y con un corazón agonizante pude clamar: Señor, sálvame que perezco. Fue en ese momento donde también Dios trajo a mi mente el cuadro de la Cruz. Fue allí donde entendí que yo había estado en el Monte Calvario. Mi pecado: recayó todo sobre Él. La copa de la ira de Dios, que yo debía deglutir, Él la bebió. El frio desierto del desamparo al que yo estaba destinada, Él visitó. Los clavos del dolor y la ignominia que yo me merecía atravesaron sus manos y sus pies. Mi nombre estaba en su mente y su corazón, yo fui su inspiración, por mí y por el gozo de mi salvación puesto delante de Él sufrió la cruz.
Así de simple, allí en el oscuro asiento de un omnibus durante aquella madrugada, Dios me rescató, me rodeó con cuerdas de amor, me dio vida, me sanó, me hizo su hija.
A pesar de no estar más bajo la ley, y que no necesito cumplir la ley para mantener un estatus espiritual, aun así hoy tapo mi boca y me sujeto a Dios. Ezequiel 16:63 Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca á causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová. ¿Cómo pudo Él amar a alguien como yo? No hay explicación excepto que es por amor a Sus criaturas.
Leyendo el capítulo 16 de Ezequiel fue como recordar aquel viaje a pesar de que se trata nada mas que de una memoria porque Él ya me perdonó. Y si hoy abro mi boca es para publicar las obras que Él ha hecho, y para gozarme en la alabanza y adoración que solo Él se merece.
Curiosamente, Él también calla, Sofonías 3:17 Jehová está en medio de ti, poderoso, el salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
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